En el Día Mundial del Ahorro, es fundamental destacar que el fraude digital puede tener un impacto directo en los ahorros y en la estabilidad financiera de las personas. En un entorno cada vez más conectado, proteger la información personal no es solo una medida de seguridad: es una práctica financiera que, junto con una educación digital, se complementa para fortalecer la salud financiera.
Según cifras de Experian, 57% de las personas ha detectado incrementos en los ataques de fraude en el último tiempo. Este fenómeno no es menor: cada intento exitoso puede significar pérdida de dinero, endeudamiento inesperado y afectación de la planificación financiera personal a la hora de ahorrar.
¿Por qué los ahorros y el fraude están relacionados?
Cuando una persona es víctima de phishing, robo de identidad o ingeniería social, puede perder dinero directamente desde sus cuentas, enfrentar cargos no autorizados o incluso asumir deudas que nunca contrajo. Estos impactos reducen la capacidad de ahorrar y alteran la planificación financiera, afectando metas como la compra de una vivienda, la educación o la jubilación.
Además, cada intento exitoso de fraude representa un retroceso en la estabilidad económica. No se trata únicamente del monto perdido, sino del tiempo y los recursos que se requieren para recuperar la normalidad financiera. En un contexto donde los ataques son cada vez más sofisticados y frecuentes, cuidar la información personal se convierte en una práctica esencial para proteger los ahorros y garantizar un futuro financiero más seguro.
¿Cómo proteger los ahorros del fraude?
Proteger los ahorros no se trata solo de guardar dinero, sino también de evitar que terceros accedan a él mediante engaños digitales. Cada vez que compartimos información personal sin verificar su origen, abrimos la puerta a fraudes que pueden vaciar cuentas o generar cargos no autorizados. Por eso, la prevención digital es parte esencial de una buena práctica financiera.
Experian recomienda adoptar medidas simples y efectivas:
“Ahorrar no solo implica guardar dinero, sino también protegerlo frente a riesgos digitales. Cada vez que prevenimos un intento de fraude, estamos asegurando nuestros recursos y nuestra capacidad de cumplir metas financieras. La prevención es una inversión en tranquilidad y en futuro”.
-Richard Kosche, Product & Go To Market Manager de Experian.